CONOCIENDO EL CONGOST DE MONTREBEI

Si estás deseando hacer una escapada de Barcelona, te recomiendo conocer el Congost de Montrebei, un paraíso natural a tres horas de la ciudad condal. ¡En este post te explico dónde está, cómo se llega y qué se hace allí!

El Congost de Montrebei, los fiordos catalanes

¿Dónde está el Congost de Montrebei?

Entre las comarcas de La Ribagorza (Aragón) y El Pallars Jusà (Cataluña) se encuentra una de las maravillas naturales más impresionantes de Cataluña: El Congost de Montrebei.

Es un desfiladero que atraviesa la Sierra del Montsec y que divide Cataluña y Aragón a través del río Noguera Ribagorçana. Se encuentra en la provincia de Lleida (Ver en Google Maps) y está a tres horas de Barcelona. Quizá sea por esto que aún no es tan conocida y no está masificado por el turismo.

Uno de los puentes colgantes que hay en la ruta

Antes de comenzar a hablar de la ruta me gustaría decir que no es apta para personas con vértigo. Existen varias rutas y formas de poder hacer todo el camino: a pie, en kayak o en barco. También se pueden intercalar, hacer la ida a pie y la vuelta en barco, por ejemplo. La ruta que se suele hacer es desde el Parking de La Masieta hasta el refugio, o viceversa.

¿Cómo llegamos hasta el Congost de Montrebei?

Para poder ver esta maravilla natural es necesario el coche. Vamos en dirección al Parque de la Masieta (Ver en Google Maps) para poder empezar allí la caminata. Allí tendremos que pagar 5€ que lo utilizan para el mantenimiento de la zona. Es importante ir temprano porque te puedes quedar sin plaza en el parking, aunque también puedes reservar con antelación.

¿Dónde comienza la ruta?

Una vez allí, en el parking, comenzamos la ruta por el Congost de Montrebei. Comentar que hay carteles y está todo muy bien señalizado. Desde el parking hasta el primer puente colgante pueden haber unos 2 kilómetros a través de un camino donde, a la derecha, se puede ver la parte del río que te da la bienvenida y por la parte izquierda animales y más vegetación.

Sin lugar a dudas es uno de los mejores sitios donde escapar de las grandes aglomeraciones y el caos de las grandes ciudades.

Lugar de comienzo de la ruta. Lo que veríamos a la derecha
Parte izquierda de la ruta, llena de animales en libertad

Tras recorrer unos 20/25 minutos llegamos al primer puente colgante (se mueve, pero el segundo mucho más). Es a partir de éste cuando comienza lo bonito de la ruta y se empieza a apreciar el desfiladero. Es increíble cómo la naturaleza tiene el poder de hacerte sentir muy pequeño cuando te rodea.

Vista panorámica del primer puente colgante
Vista desde el interior del puente

Una vez dentro del propio desfiladero, la ladera de la montaña te va acogiendo y ofreciéndote un camino tallado (se talló en el año 1982) en la pared bajo montañas de 500 metros y con el río debajo, cuyo color es más que sorprendente. El camino parece peligroso pero es seguro y tiene pasamanos para agarrarse.

Camino excavado en la ladera de la montaña

Este camino se hace bastante bien, el sol no incide directamente, es plano, hay bancos durante todo el trayecto para poder descansar, avistar aves, comer o disfrutar de la naturaleza. Una vez finaliza el camino tallado seguimos por un sendero que, primero baja, luego sube y luego vuelve a bajar hasta el segundo puente colgante. Sería un pequeño aperitivo de lo que nos esperaría después de cruzarlo, que es la parte dura de todo el trekking.

Se puede decir que, resumidamente, esta es la ruta que llevamos (hasta antes de llegar al segundo puente colgante):

Resumen del primer tramo de la ruta

El segundo puente nos ofrece una vista panorámica, digna de postal, de todo el congost, donde se aprecia perfectamente como ambas montañas se van separando hacia dos lados diferentes. Increíble paraje natural. Una imagen que define perfectamente lo que es un congosto, para los que no lo sepan.

Vista panorámica del Congost desde el segundo puente colgante

Ya en la provincia de Huesca comienza lo duro. Subidas y bajadas por caminos de piedra y escaleras colocadas en las laderas de la montaña (hay dos tramos del camino con estas escaleras) y, al ser el otro lado de la montaña, el sol sí incide directamente. Es una sensación indescriptible mirar hacia abajo y sentir que estás caminando sobre el vacío.

Escaleras colocadas en la ladera de la montaña

Cruzamos el primer tramo de escaleras y seguimos subiendo y bajando por senderos de piedra dirección Montfalcó, el último punto de la ruta. Antes de llegar cruzamos el segundo tramo de escaleras, éste mucho menos duro que el primero y nos volvemos a adentrar en pleno bosque con subidas y bajadas. El camino se nos iba haciendo duro tras dos horas sin parar, se notaba en las piernas.

Estas son las increíbles vistas que tenemos desde las escaleras

Cuando menos lo esperas y cuando más lo necesitas, aparece una pequeña parada: la fuente de Montfalcó, con bancos para descansar y una pequeña fuente de agua fresca y refrescante para darnos un empujón hacia el Refugio de Montfalcó, la última parada de la ruta.

Tras reponer un poco de energía e hidratarnos, hicimos la última subida hasta llegar al Refugio, donde nos recogían en furgoneta para llevarnos al barco que nos acercaría al parking de La Masieta donde empezamos la ruta. Decidimos hacerlo así para disfrutar también del paisaje desde el agua, y la verdad, fue una gran decisión. Nos costó 20€ por persona y es un paseo de 35-40 minutos.

Otras opciones que hay para volver al punto de partida es hacerlo en kayak o andando.

Recomendaciones para hacer la ruta

Recomendaciones para hacer la ruta

Esta última recomendación es importante. Es necesario que todos pongamos nuestro granito de arena para que el medio ambiente deje de sufrir y poder devolverle lo que le estamos quitando nosotros mismos.

Si te ha gustado este viaje, conoce otra escapada para un fin de semana desde Barcelona.

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